Hojeando las páginas de un libro de pronto, mis ojos se han parado inevitablemente en una frase: “Quien bien te quiere te hará llorar” ponía.  Nada más alejado de las relaciones de buenos tratos.

¿Quién no ha escuchado esta frase alguna vez? Creo que llevo escuchándola desde que tengo uso de razón. En conversaciones cercanas o en gente extraña que veo por la calle y, sin poder evitarlo escucho sus conversaciones mientras me muerdo la lengua para no inmiscuirme donde no me llaman. A veces, incluso veo que son los más pequeños quienes reciben el lema, junto con otros estandartes de los que hablaremos seguramente otro día, como el famoso “los que se pelean se desean”.

He de confesar que me espanta este mensaje. Y es que, huele a amor malsano, a relaciones de dependencia, a relaciones infelices, sin ilusiones, sin saber bien por qué siguen juntas a pesar del largo tiempo de duración, apesta a juegos de pareja en los que las reglas hacen daño a los jugadores, los cuales incluso desean cambiar de juego y a veces hasta de jugador, pero no saben muy bien cómo hacerlo porque la infelicidad, de alguna manera se ha asociado a ese “bienquerer” putrefacto.

Mantener una relación de cualquier tipo, consiste en elegir libremente la compañía de esa/s personas para caminar por la vida. Más aún, cuando se trata de una relación de pareja.  Se supone que esa persona te va a aportar cosas que te van a hacer crecer como ser humano. Va a existir una sinergia en la que los seres que forman parte de esa relación ganan, crecen y se generan cosas constructivas. Esos son buenos tratos

Me pregunto ¿Qué puede aportarme una persona que me hace sentir más tiempo triste que feliz?

El arte de querer lleva a una infinidad de horizontes. En ocasiones existirán malos entendidos y/o desencuentros que habrá que gestionar y manejar, pero sobre todo,  el arte de querer a otra persona lleva inevitablemente a situaciones en las que se vive, se descubre, se comparte, se disfruta, se siente, se sueña, se respeta, se perdona, se camina, se crece.

Quien bien te quiere no te hará llorar… Quien bien te quiere te hará reir.